La mina de sal de Wieliczka

Polonia tiene muchos lugares lleno de atractivos para el turismo. Uno de los más destacados y curiosos es la mina de sal de Wieliczka. Esta mina ha sido explotada durante 900 años y alcanza una profundidad de 327 metros bajo el nivel del suelo.

Se encuentra virtualmente a las afueras de Cracovia, al sudeste, y durante la Edad Media fue una de las explotaciones industriales más grandes y provechosas del mundo, ya que la sal común era comercialmente el equivalente medieval al petróleo actual.

Hay que pagar una entrada para acceder al museo de la mina de sal. Se puede llegar tanto por tren como por carretera desde Cracovia. Sin duda, es una visita que merece mucho la pena por su belleza, originalidad e historia.

Un ciudadano francés muy viajado observó en el siglo XVIII que la mina de sal de Wieliczka no tenía nada que envidiar a las famosas pirámides egipcias. Millones de visitantes, reyes y celebridades como Goethe y Sarah Bernhardt ha compartido el mismo entusiasmo al explotar este magnífico mundo subterráneo de pasadizos laberínticos, cavernas gigantescas, lagos subterráneos y esculturas de héroes polacos, todas ellas talladas sensacionalmente en la sal cristaliana. También se maravillaron por la sencillez del material minero.

La mina de sal sigue hoy en día operativa y produce unas 20 toneladas de sal al día. Desde mediados del siglo XVIII se ha convertido gradualmente en una atracción turística de primera magnitud.

Cada centímetro ha sido excavado y moldeado a mano, y la construcción de la bella capilla Kinga, con su plante de 54 por 17 metros y sus 12 metros de altura, duró 32 años, comportando la extracción de 20.000 toneladas de sal. La capilla está profusamente ornamentada y todo está erigido con sal.

Por último, el altar, los candelabros, las esculturas y otros artefactos religiosos son increíblemente bellos. Finalmente, la acústica inigualable del lugar hacer que escuchar música aquí sea una experiencia excepcional.

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