La Estación Central del Amberes, una basílica ferroviaria

La Estación Central de Amberes (Bélgica) aparece encabezando la lista de estaciones de trenes más bonitas del mundo que ha elaborado  la guía de Fodor’s. Asimismo, para la reputada revista Newsweek,  la Estación Central de Amberes es la  cuarta estación de trenes más bonita del mundo. Ambos datos demuestran la importancia y la belleza de esta estación ubicada en el norte de Bélgica. Sin duda, se trata del mejor ejemplo de arquitectura ferroviaria en Bélgica.

En el ocaso del siglo XIX, el rey de Bélgica, Leopoldo II, ordenó la construcción de una monumental estación de trenes en Amberes para impulsar a esta ciudad belga.  De este modo, la Estación Central de Amberes se levantó entre 1895 y 1905.

La zona de las vías ferroviarias, elaborada por el ingeniero Clement Van Bogaert con un diseño moderno y revolucionario, constaba  de un gran techo de cristal con soporte de metal cuyas espectaculares  dimensiones eran debido a las nubes de vapor de las antiguas locomotoras. Así, con una altura de 43 metros y una extensión de 180 metros, se impedía  que el vapor cayese sobre los pasajeros.

La Estación Central de Amberes

El edificio de la estación que albergaba los pasajeros en su tránsito por Amberes fue idea del arquitecto Louis Delacenserie. Por petición expresa de Leopoldo II, Delacenserie, se inspiró para su diseño en la estación de Lucerna (Suiza) y en la estética del Panteón de Roma (Italia).

La maravillosa cúpula que cubre esta estación belga, de 75 metros de altura, el soberbio interior marmóreo, en el que se han usado más de veinte tipos de mármoles, y la  aparición de columnas de todo tipo  vienen a certificar dos apodos recibidos para esta estación: el templo de mármol o la catedral ferroviaria.

En la década de 1950, la Estación Central de Amberes  tuvo mucho auge. No obstante, a partir de la década de 1970,  los automóviles empezaron a relegar a esta estación de trenes. No obstante, el gobierno de Bélgica otorgó a esta estación la calificación de monumento histórico en 1975.

Por último, en el año 1998, arrancó una reconstrucción a gran escala para convertir la Estación Central de Amberes  de un enclave «terminus» a uno de tránsito con varios niveles lo que dió nueva vida al lugar. Además, un túnel   fue excavado entre la estación de Berchem y la de Antwerpen-Dam en el norte, pasando bajo la Estación Celtral, con lo que se consiguió que  los trenes de alta velocidad Paris-Bruelas-Ámsterdam pasarán por esta estación con lo que ganó en bastante actividad e importancia.

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