El pasado 22 de noviembre, el estadio nacional de Rasunda en Estocolmo (Suecia), escenario de la final del Mundial de fútbol de 1958, donde Brasil ganó su primer título y Pelé se dio a conocer al mundo, cerró sus puertas después de 75 años de dilatada historia.
El gol de penalti de Cavani en el tiempo de descuento, que certificó la derrota del AIK y su eliminación de la Europa League, no restó ni un ápice de emoción a la despedida del estadio. Los jugadores locales se despidieron sosteniendo sobre el césped una pancarta dirigida al estadio que decía: «Te extrañaremos el resto de nuestra vida«; además, realizaron una preciosa ofrenda floral de la hinchada.
En este estadio de Estocolmo, la selección de Suecia ha disputado 205 partidos internacionales y el AIK Solna más de un millar de encuentros. A pesar de la accidentada inauguración en 1937 por el monarca sueco Gustavo V, que dio en su discurso por abierto «un estadio de tenis», Rasunda ha llegado a formar parte de la historia del futbol y es con el Rose Bowl de Pasadena (Estados Unidos de Norteamérica) el único que ha albergado una final de un Campeonato del Mundo masculino (1958) y femenino (1995).
Espcialmente el estadio Rasunda será recordado por albergar la final del Mundial de 1958 En aquella ocasión, Brasil goleó por 5-2 a Suecia después de haber asombrado con su futbol todo el torneo y haber presentado al mundo a Pelé, un joven brasileño de apenas 17 años de edad.
Ayer, la directiva del AIK abrió el estadio unas horas para permitir que los aficionados se llevasen cualquier recuerdo del campo de trozos de césped, redes o butacas. Sin embargo, muchos hinchas ya arrancaron parte del mobiliario del estadio durante el partido europeo. En su lugar, se construirán unas viviendas.
Foto vía Blog do Oir Cunha