Amsterdam, la capital de Los Países Bajos, cuenta con su barrio de inmigrantes. En su mayor parte turcos, marroquíes, surinameses o moluquenses, residen en el barrio asentado al sur de la ciudad del Siglo de oro, pero, a diferencia de los extranjeros de otras ciudades europeas, conviven en paz con jóvenes parejas holandesas atraídas debido a los alquileres baratos de las viviendas sociales.
Los más bonitos son los complejos que en la década de 1920 proyectaron los arquitectos de la Escuela de Amsterdam. Más allá, las calles estrechs y las casas apretadas le han valido al barrio el nombre, quizá excesivo, de “tub” (pjip).
Vamos a conocer varios sitios únicos de este pintoresco barrio del sur de Amsterdam.
1º. Heineken Experience:
Las más conocida de las cervecerías holandesas trasladó sus cubas a una fábrica más moderna, mas dejó el antiguo edificio convertido en museo de la cerveza. Recientemenet ha sido renovado y actualizado al gusto de momento para conocer toda la historia de la cerveza y de la casa Heineken de manera interactiva.
2º. Dageraad:
En 1921, una cooperativa inmobiliaria socialista contrató a dos arquitectos, M.De Klerk y P.L. Kramer, para que llevaran a cabo los planos de 350 viviendas obreras. Los dos edificios en la esquina de P.L. Takstraat ejemplifican el credo de la Escuela de Amsterdam.
3º. De Peperbol:
Esta tienda de tés, especias y caramelos se han transformado de forma paulatina en un mercado oriental, de donde resulta complicado irse sin comprar nada. Se pueden adquirir mortertos, diversos utensilios de cocina, botes de especias, aceites esenciales, carillones de bambú, etc.
4º. Mercado Albert Cuypmarkt:
Es, desde el año 1905, el más popular y cosmopolita de los mercados de la ciudad. Sus casi 300 puestos ofrecen a lo largo de dos kilómetros y a los precios más bajos tanto ropa y telas por metro como pescado, queso, flores, verduras y frutas.
5º. Coöperatiehof:
Fiel a la tradición del hof holandés, especie de patio rodeado de viviendas para los necesitados, este conjunto simétrico se encuentra dominado no por una iglesia, sino por el campanario de la biblioteca pública. En la fachada, los libros y la llave simbolizan la emancipación obrera por el saber.
Foto vía La Gran Amsterdam