Las islas de la laguna de Venecia

La visita a Venecia se puede completar con una escapada a alguna de las muchas islas dispersas por la laguna. Hay excursiones organizadas que incluyen en el mismo día Murano, Burano y Torcello, islas a las que siempre se puede llegar por libre y en pocos minutos en un «vaporetto».

1º. El Lido:

A quince minutos de San Marcos, se descubre un mundo diferente, aunque ya muy diferente del de los tiempos en los que la nobleza veneciana organizaba cacerías en los bosques del Lido. Todavía se pueden ver villas veraniegas, lujosos hoteles de palya, el Casino, el Palacio del Festivla y extensos arenales que se expanden en una franja de doce kilómetros de longitud por un máximo de cuatro kilómetros de ancho.

2º. Murano:

A escasamente diez minutos del centro de Venecia, se encuentra posiblemente la isla más importante de la laguna, donde se reproduce en pequeño la estructura de la capital. Conocida en todo el mundo por sus talleres de vidrio soplado, aquí se inventaron los cristales ópticos. Destacan el museo del vidrio soplado y las iglesias de San María y San Roque.

3º. Torcello:

A una hora de Venecia, se descubre este remanso de paz presidido por un grandioso complejo religioso, último testigo del glorioso pasado de la isla, que quedó abandonada en el siglo XVI a causa de la insalubridad reinante.

4º. Burano:

A sólo un cuarto de hora de la anterior aparece esta isla multicolor, llena de vida, conocida por sus excelentes trabajos de encaje. Destacan sus sencillas casas populares pintadas en las colores más divertidos. Sus canales y «campos» tiene un encanto especial.

5º. San Michelle:

También llamada la isla de los Muertos al ser un cementerior que, como todo Venecia, es diferente y espectacular. Ocultándose tras sus murallas rosas, a la sombra de los cripreses, resulta uno de los lugares más románticos de la laguna veneciana.

6º. San Lázaro:

La isla favorita de Lord Byron ha sobrevivido intacta al paso del tiempo. Todavía alberga un monasterio armenio, y sus monjes siguen al cuidado de la pinacoteca, de la antigua imprenta y de una riquísima biblioteca. El resto de la isla está ocupado por un inmenso jardín.

Foto vía Sobre Turismo

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