La plaza de los Vosgos se encuentra en el barrio del Marais en París. Se trata de todo un icono de la capital gala. Una plaza antigua, hermosa y original. Está conformada por 36 pabellones, el del Rey y de la Reina en el eje norte-sur y un poco más altos que los demás.
Todos están construidos con los mismos materiales: piedra blanca para los arcos, ladrillo rojo o revocado con argamasa que lo imita para las casas, y pizarra azul para los tejados. Los bajos, alrededor de un magnífico jardín, albergan anticuarios, libreros o galerías de arte.
Aunque es fruto de la iniciativa real, la plaza nació como consecuencia de una tragedia, la muerte de Enrique II por las heridas sufridas en un torneo en la mansión de Tournelles. Su esposa, la reina Catalina, hizo derruirla y el lugar permaneció vacío hasta que Enrique IV decidió explotar ese espacio libre.
Claude Chastillon alzó los planos y Clément Metezeau diseñó las fachadas. Los trabajos se iniciaron en 1605 y, en 1612, se organizó un gran carrusel para celebrar el compromiso de Luis XIII y la terminación de esta nueva plaza real.
Hasta el siglo XVIII fue el lugar más animado de París. Aquí, un 5 de febrero de 1626, nació la marquesa de Sevigné. Bossuet, Richelieu y Theophile Gautier fueron vecinos ilustres. Fue Napoleón quien le dio este nombre a la plaza, porque los Vosgos fue la primera región en pagar las tasas para mantener al ejercito revolucionario.
En el 2º piso del inmueble más espacioso de la plaza de los Vosgos, el palacete Rohan-Guéménné, vivió el genial escritor Víctor Hugo entre 1832 y 1848. Para el centenario de su nacimiento, el año 1902, se creó un museo donde se evocan los momentos importantes de la vida del artista. En el 1º piso se exhiben fotografías y dibujos, y se celebran exposiciones temporales sobre Víctor Hugo. En el 2º piso se repasa su vida.
En definitiva, la plaza de los Vosgos es uno de los lugares más bonitos y singulares de la capital gala. Se debe visitar y disfrutar si uno viaja a París.
Foto vía Sobre Francia
