A pocos pasos aparece el Taidemuseo, interesante museo del arte que ocupa el edificio de un antiguo banco, y que cobija obras de arte contemporáneo de la región. Se puede continuar por la misma calle hacia el Kuopion Museo, que ocupa un edificio Art Nouvau y que engloba dos colecciones, una de historia natural y otra de historia y cultura regional.
A renglón seguido, lleagremos a la altura de la catedral luterana y recorrer Kuninkaankatu en busca del Centro Fotográfico, abierto en la casa del fotógrafo Victor Barsokevitsch, donde se organizan exposiciones temporales internacionales.
Un par de calles más abajo, en el cruce con Kirkkokatu se conserva un conjunto de casas de madera que rememora el viejo estilo de vida del siglo XVIII: es el Kuopion Olkomuseo. Además, en Hallituskatu sobresale la iglesia ortodoxa de San Nicolás.
Por otro lado, debemos visitar el Ortodoksinen Kirkkomuseo, al norte de la ciudad. Este museo está considerado uno de los centros de arte sacro ortodoxo más importantes de Europa Occidental.
Por último, desde este palacio del Arzobispado ortodoxo se puede ascendre en coche hacia la colina donde se erige la torre de Puijo, de 75 metros de altura y coronada por un restaurante giratorio. El mirador permite conocer a vista de pájaro la región boscosa y los lagos de Kuopio.