San Sebastián es la bella y turística capital de Guipúzcoa en el País Vasco (España). Protegida por un cerco de montañas y lamida por el mar en una doble concha formada por el monte Urgull, en el centro, y los de Ulía e Igeldo a los lados, las principales características de San Sebastián son pulcritud, orden y modernidad.
Uno sabe a ciencia cierta que está en San Sebastián cuando ve la bahía de la Concha. Por eso el recorrido de la ciudad puede empezar en su extremo noroeste, bajo el monte Igeldo, donde Eduardo Chillida plantó en plena roca, sobre el mar, unas enormes esculturas de hierro que abrazan el espacio: el famoso Peine de los Vientos.
La playa de Ondarreta en otro tiempo era tenida como las más aristocrática de las tres que posee la ciudad, quizá por el tipo de población que vivía cerca de ella, en villas y chalés, principalmente, constituyen el barrio del Antiguo. Termina en el Pico del Loro, extremo avanzado del promontorio sobre el que se alza el palacio de Miramar, edificado en estilo inglés bajo los auspicios de la reina María Cristina y rodeado de un bello parque.
A partir de aquí comienza la playa de La Concha, en su primera parte ceñida por Miraconcha, conocido paseo que tiene continuidad en el paseo de La Concha. El punto de unión entre ambos es La Perla del Oceáno, antigua caseta real de baños a la que sigue la rotonda que contiene las torres del reloj.
El paseo se vuelve ajardinada y hacia la mitad se halla el hotel de Londres e Inglaterra, que alberga el Nuevo Casimno de Kursaal de San Sebastián. El paseo termina en la plaza de Cervantes y en el parque de Alderdi Eder, conjuntos de hermosos jardines que dan paso al Ayuntamiento.
Finalmente, cerrando la playa de La Concha y en línea con el Ayuntamiento, se alza el edificio del Club Naútico, construida en 1930 simulando un barco: es uno mejores ejemplos de arquitectura racionalista.