El Museo de la Stasi, un recuerdo de la RDA en Berlín

El Museo de la Stasi

El Museo de la Stasi (Gedenkstatte Normannemstrasse) se encuentra situado  en al Ruscherstrasse, 103, casa 1 (al norte de la estación de U-Bahn) en Berlín, capital de Alemania. La entrada vale de  cuatro a tres euros. Está abierto de  lunes a viernes entre las 11.00 y las 18.00 horas, y los sábados y los domingos entre las 14.00 y las 18.00 horas.

Los apasionados por la historia de la República Democrática Alemana (RDA) encontrarán muy interesante una visita a este museo berlinés, ubicado en los antiguos cuarteles generales del Servicio de Seguridad del Estado.

Sobresalen  la “guarida del león“, los despachos desde los que Erich Mielke, director de la Stasi entre 1957 y 1989, ejerció su tremendo poder. Se afirma que Mielke conocía las miseras de todos los ciudadanos de la RDA, además de contar con  informes secretos sobre todo aquel que destacara los más mínimo en cualquier actividad, incluido el mismísimo Honecker.

Todo el mobiliario que se puede ver en el museo es el original. Las salas están llenas de recuerdos de la Stasi, incluidos micrófonos y cámaras escondidos en cisternas de gua, piedras e incluso corbatas, y de exposiciones que recuerdan el sistema político de la RDA y el alcance de su represión.

En el vestíbulo se exhibe la furgoneta en la que se transportaba a los prisioneros, un vehículo totalmente estremecedor. Los paneles explicativos sólo se hallan en alemán, pero hay un catálogo en inglés por solo tres euros.

En 1950 se fundó el Ministerium für Staatssicherheitl (Servicio para la Seguridad Estatal o Stasi) tomando como modelo la KGB soviética. Era un poco de todo: policía secreta, agencia central de inteligencia y oficina de investigación criminal. Y se convirtió en un hito de la RDA.

La Stasi se afianzó durante las cuatro décadas de su funcionamiento. Llegó a contar  con 91.000 agentes oficiales permanentes y 173.000 informantes no oficiales, reclutados entre los propios ciudadanos para espiar y robar a sus compañeros de trabajo, amigos, familiares y vecinos. Cuando se vino abajo el sistema, se descubrieron expedientes de seis millones de personas.

Foto vía El Mundo.es

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