La historia y la cultura se hermanan en esta elegante plaza triangular del Spui en Amsterdam (Países Bajos). El café marrón más famoso, dos cafés de moda enfrentados, una buena librería y el Begijnhof como un islote de tranquilidad a dos pasos de la popular Kalverstraat, todos estos ingredientes reunidos para hacer de este rincón el lugar de encuentro de intelectuales.
1º. Spui:
Antiguo feudo de los provos, que hacían rondas endiabladas alrededor de la estatua de «Livertje», especie de golfillo de Amsterdam que simboliza su espíritu revoltoso, ha sido restaurada para converlirla en la plaza cultural de Amsterdam, donde cada viernes tiene un lugar un mercado de libros viejos y los domingos un mercado de arte contemporáneo.
2º. Begijnhof (Beaterio):
Un pequeño pasaje abovedado da acceso a este encantador jardín rodeado de casas de los siglos XVII y XVIII. Las beatas fueron reemplazadas por ancianas o estudiantes con pocas posibilidades económicas. En medio del césped, se halla la iglesia medieval, y en el número 34 la casa más antigua de la ciudad, de madera, de 1477 .
3º. Amsterdams Historichs Museum:
En este didáctico museo, construido en el siglo XV y ampliado en el XVII, se aprende la historia de Amsterdam paso a paso. Obras de arte, mapas y maquetas evocan la vida de los habitantes de Amsterdam desde el siglo XIII.
4º. Café Hoppe:
Verdadera institución desde 1670, este café es frecuentado tanto por un clientela fija como por gente de paso. La angosta sala siempre está llena de humo y abarrotada hasta desbordarse por la plaza en los días de buen tiempo.
5º. Atheneum Boekhandel:
Esta librería es un fiel reflejo de la plaza, muy frecuentada y elegante. Para comprar el último best seller o disco, entre en este bonito almacén de estilo art noveau.
6º. Lucius:
Posiblemente sea el mejor restaurante de pescado de Amsterdam. En una sala decorada con la sencillez de la cerámica y las mesas rústicas, los platos del día están apuntados con tiza en un tablón.
7º. Galería de la Guardia Cívica:
En un pasaje cubierto que conecta el Museo Histórico con el Begijnhof se exponen inmensos retratos colectivos de la Guardia Cívica, encargada én épocas pasadas de asegurar la defensa de uno de los once barrios de la ciudad.
Foto vía Diario del Viajero