La Cámara de Comercio y el Comité de Turismo de la región Ile-de-France acaba de lanzar una campaña, «Do you speak touriste?» (¿Habla usted turista?), para detallar a los habitantes de París cómo ser corteses y educados con los turistas que cada día llegan a la capital de Francia. Desde hace tiempo, se viene hablando de la fama de groseros y maleducados de los parisinos.
Por ello se quiere combatir la mala reputación de la recepción en París y toda la región. Se tiene que conseguir que las profesiones ligadas al turismo estén mucho más preparadas para responder de manera eficaz a los deseos de los clientes extranjeros. Además, no es lo mismo recibir a un italiano, un japonés o un belga pues existen códigos culturales que uno debe conocer, respetar y adaptarse a ellos.
De este modo, ha arrancado la distribución a comerciantes y operadores turísticos de una guía con informaciones sobre las diferentes nacionalidades: tipo de compras que hacen, duración de la estancia, códigos de comportamiento y manías determinadas.
En este folleto los comerciantes hallarán, en varios idiomas, la traducción de expresiones básicas como «buenos días», «gracias», «bienvenidos» y «hasta luego». Asimismo, en la pagina web Doyouspeaktouriste.fr se pueden lleer con fichas sobre como es el turista de cada nacionalidad.
Por ejemplo, en el caso de los brasileños, los franceses creen que esperan una comunicación sencilla, calidad de servicio en todas las etapas de su estancia y dominio de lenguas extranjeras, inglés cuando menos. Sus sitios preferidos son la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el Museo del Louvre, el Sacré-Coeur de Montmartre y Notre Dame de París. .
Por su parte, de los italianos se dice que se caracterizan por simpatía y refinamiento, que valoran mucho una buena relación precio-calidad y que aprecian particularmente una pequeña atención hacia sus hijos. En cambio de los alemanes se espera un dominio fluido del inglés, precisión en la información e interés por los nuevos lugares de moda.
Por último, los españoles suelen buscar actividades gratuitas, tutean con facilidad y les agrada las atenciones particulares que les ofrecen los profesionales del turismo. Finalmente, los estadounidenses son muy tecnológicos y siempre desean conexión wi-fi para buscar informaciones, en tanto que los japoneses son discretos y exigente; si no están satisfechos nunca se quejarán, pero una vez de regreso a su país serán muy críticos.
Foto vía El Comercio