El término valle del Loira se suele emplear para referirse a la zona comprendida entre Orléans y Angers. Este valle divide Francia en dos: al norte, el clima es suave y húmedo, pero al sur cambia abruptamente al más seco y cálido del Mediterráneo. En esta zona, el turista disfrutará con la historia, el arte y la arquitectura, y además es famosa por su comida y sus vinos. Se trata de un lugar maravilloso para explorar y del que disfrutar.
El valle del Lira suele llamarse «el jardín de Francia». Las mejores épocas para ir son la primavera y el otoño. También es un lugar maravilloso para una luna de miel diferente y original.
El valle del Loira es una región inmesamente fértil que, junto con el fácil transporte por el río, se convirtió en muy atractiva par los nobles y la realeza, de ahí la gran cantidad de castillos que se pueden encontrar en la actualidad. Son tantos y tan hermosos que podrías pasar semanas intentanto visitarlos todos. No hay ninguna duda de por qué la Unesco decidió declarar toda la zona Patrimonio de la Humanidad, en lugar de intentar escoger sólo uno de los castillos para tal reconocimiento.
Los castillos del Loira fueron erigidos la mayor parte o fuertemente reconstruidos en el Renacimiento francés (siglos XV-XVI). Si bien, la mayoría de los castillos tiene su origen en la Edad Media. Son 42 castillos en total.
Chenonceaux, construido en 1520 por un cobrador de impuestos para su esposa, suele considerarse el más romántico de todos. Su diseño fue controlado en todo momento por las mujeres que vivieron en él. Azay-le-Rideau es el clásico palacio de cuentos de hadas, con sus paredes blancas y su estilo de primer Renacimiento. Está situado en unos jardines preciosos en su propia isla del río Indre.
El castillo de Villandry es famoso por su ornamental «jardín del amor» y su maravilloso huerto. La abadía de Fontevraud, en la que se encuentran las tumbas de Plantagenets, es un soberbio complejo de edificios románicos, y la abadía más grande de Francia.
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