El castillo de Edimburgo

Edimburgo es la capital de Escocia.  Se encuentra en la costa este del país a orillas del fiordo del río Forth. Se trata de la segunda ciudad más grande de Escocia tras Glasgow y cuenta con muchos atractivos para visitarla. Uno de los más destacados es su castillo, la imagen más simbólica de Edimburgo que se remonta al siglo XI.

El castillo de Edimburgo está situado en el peñasco de Castle Rock, perfectamente ubicado para defenderse de las incursiones de los innumerables invasores sufridas desde tiempos de los romanos hasta mediados del siglo XVIII.

El castillo no sólo ha cumplido funciones militares, sino que también fue residencia real desde el siglo XI con el rey Malcolm Cammore y la reina Margaret. Se dice de la Capilla de St.Margaret, uno de los edificios con tejado más antiguos de Escocia, que fue construida por ella cuando se traslasdó el castllo, aunque puede que la construyera alguno de sus hijos en memoria de su madre.

El castillo tiene una historia dramática y sangrienta. Antes de llegar a la puerta Portcullis, cerca de la entrada a la explanada que hay debajo, pasarás junto al pozo de las Brujas, donde fueron quemadas unas trescientas brujas hace cerca de 250 años.

Justo antes de la puerta hay un monumento a Sir William Kirkaldy, quien estuvo implicado en el asesinato del cardenal Beaton y David Rizzio, el secretario de la reina Mary de Escocia, y que más tarde sería ahorcado. Sobre la puerta está la torre Argyll o del Constable, en la que el marqués de Argyll estuvo encerrado ante de su ejecución en 1661.

Las joyas de la corona escocesa se guardan en la Sala de la Corona, y son las joyas de la corona más antiguas de las islas Británicas. La corona enjoyada está hecha con oro escocés y fue utilizada por última vez por Carlos II en 1651. En 1707 fueron trasladadas, tras el Acta de Unión, y las redescubrió Sir Walter Scott, el novelista, más de un siglo después.

La piedra del Destino también se puede ver aquí desde su regreso en 1996, después de haber pasado 700 años bajo la silla de la coronación en la abadía de Westminter.

Foto vía Escocia, un tierra de leyenda y misterio

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