El Vaticano podría limitar las visitas a La Capilla Sixtina

 

Hace unos días, los frescos de la Capilla Sixtina, obra de Miguel Ángel, cumplieron 500 años. Aprovechando tal efeméride el Vaticano afirmó que podría limitar el número de visitantes para proteger una de las mayores maravillas de la civilización occidental.

El 31 de octubre de 1512,  el papa Julio II realizó un servicio religioso para inaugurar la sala en la que Miguel Ángel trabajó duramente durante cuatro años. Los frescos resultaron un éxito inmediato y su fama se extendió pronto a todo el planeta. De hecho,  cada año más de  cinco millones de personas  entran en La Capilla Sixtina.

El techo de la capilla, en la que los cardenales se reúnen en secreto en cónclaves para desingar al nuevo papa, incluye una de las escenas más conodidas la historia del arte: el brazo de un Dios gentil dando vida a Adán en el panel de la creación.

Antonio Paolucci, director de los museos vaticanos, ha afirmado que si bien a corto y mediano plazo no se piensa a limitar el número de visitantes en esta capilla, en un futuro quizá no cabría otra opción para perservar este lugar.

Los frescos de La Capilla Sixtina sufren la presión causada por los seres humanos  como el polvo introducido, la humedad de los cuerpos, el dióxido de carbono, la presión antrópica y el anhídrido carbónico.

De este modo, los dirigentes de El Vaticano están estudiando limitar el número de visitantes, sobre todo, si siguen aumentando el número de turista y no se pueden resolver la conservación de estos magníficos frescos.

En la actualidad, los visitantes de los Museos Vaticanos pueden reservar para entrar o esperar largas colas en el exterior, pero no hay límite para el número total diario. En 1994, los técnicos instalaron un completo sistema de humidificadores, aire acondicionado, filtros y controles de microclima en la capilla. No obstante, el número de visitantes ha crecido en los últimos  años, lo que ha puesto el sistema bajo presión.

Foto vía CNN México

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