Chipre, una belleza mediterránea

Chipre es un país europeo que se encuentra en pleno mar Mediterráneo. La isla de Chipre está a 113 kilómetros de Turquía, camino de Asia. La isla está dividida en dos partes: dos tercios son la República de Chipre y un tercio la República Turca de Chipre, sólo reconocida por Turquía.

Orgullosa de sus 340 días de sol al año, Chipre es como una Córcega en sentido horizontal: configuración mediterránea, vocación de turismo balneario, montañas centrales y agitación política, últimamente atenuada.

Costas:

El turismo de masas ha invadido los alrededores de Limassol, pero es algo más discreto en la zona de Pafos y Aghia Napa. La región del nordeste, alrededor de Polis, es la que parece más intacta. En cuanto a Afrodita, y su leyenda, ambas nacieron en el sur, en el enclave indefectiblemente idílico de Petra tou Romiou.

Paisajes y excursiones:

Hay que visitar el marco montañoso y boscoso del Monte Troodos. En este marco, se debe afrontar la ascensión al Monte Olimpo; la zona cuenta con fáciles rutas de senderismo y en invierno a veces se puede practicar el esquí. También se tiene que contemplar el valle de los Cedros.

Ciudades y pueblos:

Aunque la isla está dividida en dos partes, desde el año 2004, se puede pasar de una parte a otra y visitar Nicosia, la capital, en su totalidad. En el lado griego de Nicosia, sobresalen el barrio antiguo, el museo de arte bizantino, el museo arqueológico y numerosas iglesias bizantinas. En el norte de Nicosia, se halla la catedral de Santa Sofía, ahora convertida en mezquita, y la casa de los señores de Lusignan.

En Pafos, llaman la atención  sus mosacios, su fuerte otomano, su bonito puerto y sus tumbas de reyes excavadas en la roca. En Lanarca, ofrece un interesante fuerte y un buen museo arqueológico.

Monumentos:

En el macizo Troodos se pueden contemplar un hermoso conjunto de pequeñas iglesias bizantinas con bellos frescos como Asinou, Arghios Nikolaos y Panaghia tou Arakou. También destaca el monasterio greco-ortodoxo de Kykkoo.

Asimismo, hay que visitar los yacimientos arqueológicos de Khiroktia, Kourion y Pafos. En la zona turca, sobresalen el castillo de San Hilario y la abadía de Bellapais. Por último, merece la pena ver la parte medieval amurallada de Famagusta y sus monumentos góticos, así como Salamina, ciudad destruida en el siglo VII.

Foto vía Viajes y turistas

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