El Museo Liechenstein, una joya vienesa

El Museo Liechenstein

El Museo Liechtenstein se ubica al norte del Ring en calle Fürstengasse, 1., en Viena, la capital de Austria. Se puede llegar en tranvía bajándoseen la parada de Bauernfedplatz o Seegasse. Está abierto todos los días, salvo los miércoles y los jueves, desde las 10.00 a las 17.00 horas. La entrada general vale 10 euros, aunque existen varios descuentos. Hay guías en castellano que se puede adquirir por un euro.

A finales de 1994, la familia Liechtenstein puso  sus tesoros bajo protección en Vaduz, en su pequeño principado, que fue neutral durante la guerra.

Esta notable familia de coleccionistas y mecenas han sabido reunir generación tras generación una magnífica colección de pinturas y esculturas. Rafael Sanzio, Tintoreto, Rubens, Van Dyck, Bruegel el Viejo y Rembrandt son los pintores más conocidos que se puede contemplar en este museo vienés.

Las obras expuestas no representan ni el 15 % de la colección de esta familia. De este modo,  posee auténticos tesoros escondidos en sus sótanos. Este museo resulta  algo frío, sin embargo contiene verdaderos joyas de la historia del arte.

En la planta baja, destaca una magnífica carroza de gala de fabricación francesa. A la izquierda, la biblioteca neoclásica, instalada en el antiguo apartamento de los caballeros, almacena más de 100.000 volúmenes que datan de los siglos XV al XIX. Falso mármol, luces tamizadas y puertas disimuladas otorgan al lugar un ambiente bastante irreal. Asimismo, en las otras salas de la plantabaja se puede disfrutar de diferentes exposiciones temporales.

Por otro lado, el primer piso acoge la colección permanente, repartida en ocho salas y consagrada al período barroco. Tres salas están directa o indirectamente ligadas al gran Rubens. No obstante,  las obras expuestas no son las más destacables ni las interesantes de este famoso artista.

Por último, en la sala de Hércules, la mayor del palacio que alberga este museo vienés, destaca el techo monumetnal que representa el Olimpo, pintado en el año 1708 por Andrea Pozzo, y cuyos colores barrocos están muy bien  conservados.

Foto vía Absolut Austria

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