Ámsterdam, la capital de Los Países Bajos, es una ciudad novedosa en el arte de dormir al usar edificios reconvertidos como hoteles de diseño: un antiguo colegio, una residencia para emigrantes, la antigua librería municipal, o una grúa industrial, cualquier sitio singular sirve para levantar un establecimiento hotelero.
El último ejemplo ha sido el antiguo depósito de tranvías ubicado en el relajadao barrio de Oud-west, cerca de centro urbano , cuyos vecinos se opusieron sin descanso a que este edificio cargado de historia se convirtiera en un centro comercial. Lo lograron y ahora es el Hotel De Hallen.
El arquitecto local Andre van Stigt ha sido el encargado de convertir este lugar en un hotel de cuatro estrellas con las necesidades de hoy en día, si bein respetando en todo momento los elementos característicos de su pasado industrial.
De este modo, se ha restaurado fielmente el techo de cristal original y recuperado el suelo de cemento y el ladrillo escondido bajo capas de cemento. También se pueden observar los viejos raíles en el suelo del restaurante mientras se disfruta de una sabrosa comida.
Por otro lado, la decoración destaca por su conjunto de piezas de arte contemporáneo muy bien elegidas por el dueño Arjen van den Hof; además, se pueden encontrar muebles de Arne Jacobsen y Thomas Bentzen.
Por su parte, las zonas comunes están llenas de luz. Asimismo, el restaurante sirve comida de inspiración escandinava y la bonita terraza es el oasis ideal para descansar durante los meses de verano.
Este moderno hotel se encuentra dentro de todo un complejo recién restaurando que también incluye un cine, una biblioteca, varios restaurantes, una tienda-taller de bicicletas, diversos estudios de televisión, un centro-lab de denim e incluso un mercado gourmet.
Con todos estos equipamientos, e barrio aspira a convertirse en uno los nuevos centros de cultura, moda, artesanía local y gastronomía de la capital de Los Países BAjos.
Foto vía Diario del Viajero