Oporto, algo más que vino

Oporto, conocida en Portugal simplemente como Porto, es la segunda ciudad más grande del país tras Lisboa, y se encuentra la desembocadura del río Duero, en el norte de Portugal. Oporto es famosa mundialmente por ser el centro de la industria del vino de Oporto, a la que debe su nombre la ciudad.

Oporto es una ciudad antigua que luce un notable  patrimonio histórico, aunque durante las últimas décadas haya sido sometida a una amplia modernización.  Así, su centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Otros atractivos turísticos  de Oporto son la Torre de los Clérigos, la Casa de la Música, el barrio de la Ribeira, el valle del Duero y sus viñedos, Amarante, la catedral de Se, el Palacio de la Bolsa, la iglesia de Santa Clara  y la Fundación Serralves.

Desde mediados del siglo XIX los productores del vino de Porto han añejado y almacenado su vino en los almacenes de la Vila Nova de Gaia, al lado del río, y unos 60 de estos establecimientos suben por la colina desde la ribera. Es posible visitar la mitad de ellos y catar sus vinos.

Al lado del enorme puente de dos niveles de Dom Luis I (hay cinco más, incluyendo el ferroviario puente de Doña Maria Pia, construido en 1887 por Gustav Eiffel) se encuentra el sobrio monasterio agustiniano de la Serra do Pilar, del siglo XVI.

El centro de Oporto está dominado por la catedral de Se, del siglo XII, con su roseta románica y su claustro gótico. Otros edificos destacados son el neoclásico Palacio da Bolsa, con su magnífica sala de baile árabe; la iglesia manuelina de Santa Clara, con su interior increíblemente opulento; y la iglesia de Sao Francisco, con su decoración interior barroca y la talla del árbol de Jesé.

Oporto también posee otras riquezas arquitectónicas como la estación de tren de Sao Bento con azulejos pintados por Jorge Colcao que muestran antiguos métodos de transporte y otras interesantes escenas. Las partes viejas de la ciudad, como la que rodea a la catedral, son un laberinto de calles sinuosas y bellas.

Los habitantes de Oporto siempre han estado orgullosos de su ética de trabajo, pero la animada escena nocturna de bares y restaurantes muestra que además saben divertirse.

Foto vía Viajes a Europa

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