El Panteón, una maravilla de Roma

El Panteón, cuya majestuosa silueta ha permanecido inalterada tras resistir los usos y costumbres de casi dos milenios desde su construcción, es el edificio de la antigua Roma que se encuentra en mejor estado de conservación y uno de aquellos lugares que se vuelve más fascinante cada vez que se visita. Ningún otro monumento proporciona una imagen tan viva del aspecto que debió de tener la urbe en su momento de máximo esplendor.

El Panteón se halla en la plaza della Rotonda, entre la Fontan de Trevi y la plaza Navona. Su entrada es gratuita. Abre de lunes a sábado desde las 8.30 a las 19.30 horas, y el domingo desde las 9.00 a las 18.00 horas.  

Dedicado a «todos los dioses», recibe su nombre de las palabras griegas pan (todo)  theos (dios). Se levanta sobre el mismo emplazamiento en el que el general Marco Agripa, yerno de Augusto, construyó el templo origjnal en el 27 a.C., y aunque fue Adriano el que mandó construir el actual Panteón, entre los años 118 y 125 d.C., el nombre de Agripa también aparece en la inscripción de la fachada.

El interior, solemne e imponente, incita a dedicarse a la arquitectura. Está decorado con columnas corintias y un frontón triangular que se supone que fue diseñado para ocular la cúpula. La altrua y el diámetro interior alcanzan 43,3 metros, y la extraordinaria cúpula, una semiesfera perfecta, cuya bóveda es la más grande del mundo jamás construida, está considerada el mayor logro de la arquitectura de la Roma clásica.

Una abertura de 9 metros  en la bóveda, el óculo, permite la entrada de luz, además de representar la unión simbólica entre el templo y los dioses. El peso de la cúpula es sostenido por arcos de ladrillo insertados en las paredes.

Tras ser abandonado por los primeros emperadores cristianos, el templo fue donado al papa Bonifacio IV por el emperador bizantino Focas en el año 608, y se dedicó a la Virgen y los mártires. Está fue la primera vez que un templo pagano se convertía en iglesia, lo que lo salvó del deterioro que provocó el derrumbamiento de otras estructuras.

Entre los personajes cuyos restos descansan aquí se encuentran el primer rey italiano Víctor Manuel II y el artista Rafael.

Foto vía Visitando Europa

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