Si uno viaja a Dublín, capital de Irlanda, debe vistiar la mundialmente famosa Chester Beatty Library (Biblioteca Chester Beatty) la cual acoge la espléndida colección que el ingeniero de minas sir Alfred Chester Beatty (1875-1968) legó al Estado irlandés. Repartida a lo largo de dos plantas, incluye alrededor de 20.000 manuscritos, libros, pinturas en miniatura, tablillas de arcilla, vestidos y otros objetos de indudable valor artístico, histórico y estético.
Se encuentra ubicado en el Dublin Castle y la entrada es gratuita. La biblioteca ofrece circuitos los miércoles a las 13.00 horas y los domingos a las 15.00 y las 16.00 horas. Asimismo, abre desde las 10.00 a las 17.00 hoaras de lunes a viernes; de 11.00 a 17.00 horas los sábados; y los domingos desde las 13.00 a las 17.00 horas. Cierra los lunes desde octubre a abril.
La galería de tradiciones artísticas del primer piso exhibe objetos personales de Beatty y además realiza una exploración del arte de la India mongola, Persia, el imperio otomano, Japón y China. Se pueden contemplar desde cajista para medicamentos con el más exquisito diseño hasta la que posiblemente es la mejor colección de libros chinos de jade del mundo. Los textos ilustrados procedentes de Europa merecen ser visitados.
La galería de tradiciones sacras del segundo piso proporciona una visión notable de los rituales y ritos de paso más destacados de las principales religione: judaísmo, cristianismo, islamismo, budismo e hinduismo. Ademá, pone en marcha reportajes audiovisuales sobre las vidas de Cristo y Buda, assí como el peregrinaje musulmán a La Meca.
Por otro lado, se debe visitar la colección de coranes de los siglos IX al XIX, que ofrece alguno de los mejores textos islámicos ilustrados. Además, sobreslen algunos papiros egipcios, pergaminos y primorosas obras de arte procedentes de Birmania, Indonesia o el Tíbet, así como el segundo fragmento bíblico más antiguo jamás hallado, tras los manuscritos del Mar Muerto.
Finalmente, la excelente biblioteca de referencia, adornada con un techo lacado que en un primer momento perteneció a la residencia londinense del mismo Beatty, constituye un perfecto colofón para esta visita.
Foto vía Derry & Raphoe