Cuando uno viaja a París suele visitar los lugares más famosos y emblemáticos de la capital gala. Pero quedan muchos rincones bellos por descubrir que merece la pena conocer siempre y cuando se disponga de tiempo.
La Plaza de Chatelet es el punto de encuentro predilecto de muchos parisinos, por lo que siempre se contempla a gente esperando alrededor de la Fontaine de la Victorie, una bella fuente monumental que presenta forma de palmera y está protegida por cuatro esfinges. Hoy en diá, la plaza se encuentra enmarcada por dos teatros: el Théatre Musical du Chatelet, que organiza, espectáculos musicales, y el Théatre de la Ville, dedicado a la danza.
Al lado de este teatro, se levanta la majestuosa Tour Saint-Jacques, que celebraron los surrealistas. La torre es de estilo gótico y se construyó en el siglo XVI. Desde 1891 se usa como estación meterológica.
Por otro lado, la plaza de Chatelet se abre sobre el boulevard Sébastopol, que lleva hacia el Centre National d’Art et de Culture Georges Pompidou. Este centro cultural fue abierto en 1977 en medio de una gran polémica; el éxito ha sido absoluto debido al interés de las colecciones del Musée d’Art Moderne, uno de los mayores museos de arte contemporáneo del mundo.
No muy lejos, se encuentran el Centre Wallonie-Bruxelles (127-129 rue Sainta Martin), un centro cultural que dispone de un librería dedicada al cine y al teatro en el 46 de la rue Quincampoix, y el Musée de la Poupée, un museo de muñecas, abierto en el lejano 1810.
El Forum des Halles vino a colmar en 1979 lo que se dio en llamar durante años Le Trou des Halles (“El Agujero des Halles”). Los cuatro niveles del edificio, erigidos sobre de la estación del RER, atraen tanto por sus variados comercios como por sus cines, sobre todo, el Nouveau Forum des Images, que acoge la videoteca.
Por último la place Joaquim du Bellay, más conocida por el nombre de su bella Fontaine des Innocents, se halla en el lugar donde se asentaba una iglesia derruida poco antes de la Revolución Francesa.
Foto vía Trivago
