Segovia, la belleza en estado puro

Segovia se halla en el sur de Castilla-León, a  87 kilómetros de Madrid y en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, en las faldas de la sierra del Guadarrama. Es una ciudad repleta de atractivos turísticos y gastronómicos declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.

En Segovia, el turista se maravilla con el Acueducto, el Alcázar, las plazas de San Martín y Mayor, la Catedral, sus iglesias, sus barrios y sus alrededores.

Nada mejor que iniciar el paseo por Segovia que por su famoso Acueducto. Se trata de una soberbia obra de ingenería civil romana de finales del siglo I A.C. El Acueducto mide 15 kilómetros y su punto más bello es el puente de doble arquería que atraviesa la plaza de Azoguejo, de 728 metros de largo y 29 metros de altura.

Podemos pasear por las plazas y barrios segovianos. La Plaza de San Martín es uno de los rincones más bellos de Segovia con sus excelsos edificios, sobre todo, la Iglesia de San Martín, un templo románico con torre mudéjar. La Plaza Mayor es un sensacional espacio porticado donde encontraremos el Ayuntamiento, el Teatro Juan Bravo y la Iglesia de San Miguel.

También hay que recorrer los barrios más típicos de Segovia como el Barrio de San Esteban donde se halla la que fuera casa de Antonio Machado y la Iglesia de San Esteban. También sobresale el barrio de la Trinidad que se estructura en torno a la iglesia que le da nombre; además, veremos la Torre de Hércules y el palacio de los Condes de Mansilla. Por último, pasearemos por el barrio de los Caballeros con sus plazas, callejas y grandes casonas de la nobleza local; allí se alza la Igleisa de San Juan de los Caballeros, hoy Museo Zuloaga.

A continuación, podemos visitar el Alcázar que se alza en un posición estratégica por encima de los ríos Eresma y Clamores. Sus orígenes son prerromanos, aunque en el siglo XIII se edificó como palacio real y en siglos posteriores se fue completando. Debemos recorrerlo desde el patio de armas hasta las diferentes estancias y salones, como la sala de Ajimeces, el salón del trono, la sala de la Galera, la cámara del rey, la sala de reyes, el tocador de las reina, la torre homenaje, la torre de Juan II  y el paseo de los reyes.

También hay que visitar la Catedral de Segovia construida entre 1527 y 1577 dentro del estilo gótico tardío. Uno de los mejores ejemplos del gótico español. Sobresalen su fachada, sus pináculos, sus cresterías, sus puertas, sus capillas, sus retablos y el Museo de la Catedral.

Si nos queda tiempo, deberíamos finalizar la estancia en Segovia viendo la Iglesia de San Millán,  las Murallas, el Monasterio de El Parral y la Iglesia de la Vera Cruz. Y, cómo no, probar su famoso cochinillo asado.

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