La basílica de Nuestra Señora del Pilar, el corazón de Zaragoza

El gran edificio de la basílica de Nuestra Señora del Pilar es el principal centro de devoción mariana de spaña y también una de las más bellas obras del barroco peninsular. El Pilar es el icono de Zaragoza, un destino turístico de primer orden, el lugar más conocido de Aragón.

Según la tradición cristiana, aquí se construyó una pequeña capilla tras la aparición de la Virgen al apóstol Santiago y a los primeros cristianos de Caesaraugusta. Hay constancia de que en la ciudad musulmana del siglo IX había un templo al que sustituyó como otro románico erigido en 1118. A principios del siglo XVI este templo había sido sustituido ya por otro gótico de corta vida, pues apenas 150 años después empezaron las obras gran templo actual.

El conjunto es el resultado de 400 años, los que median entre 1681, cuando se puso la primera piedra del nuevo templo, hasta 1961, cuando se concluyeron las dos torres laterales de la fachada del Ebro. 

En el interior, de tres naves, hay una magnífica decoración barroca, fruto de la intervención del arquitecto Ventura Rodríguez en el siglo XVIII, con ángeles de estuco, florones, guirnaldas y otros motivos florales sobre muros y pilastras. En varias de las cúpulas destacan las pinturas al fresco realizadas en su mayoría por Francisco de Goya y sus cuñados, los hermanos Bayeu.

También la basílica conserva dos valiosas obras de arte que perteneciron al anterior templo gótico. Una de ellas es el gran retablo mayor, obra maestra del escultor Damián Forment. Frente a este retablo queda el monumental coro. Pero, sin duda, la pieza que atrae todas las miradas es la Santa Capilla, erigida en torno al lugar donde, según la tradición, se apareció la Virgen al apóstol Santiago. Esta pequeña obra de Ventura Rodríguez es uno de los mejores frutos del barroco español.

En el interior de la Santa Capilla se halla la imagen de la Virgen del Pilar, una pequeña talla gótica de apenas 38 centímetros de altura, colocada sobre un pedestal de jaspe forrado de bronce y plata y realzada por espléndidas joyas de oro, plata y piedras preciosas. Entre las distinciones que honran a la imagen de la Virgen del Pilar hay una muy emotiva: la del manto y el fajín, distintivo del título de Capitana General que se le concedió por Real Orden el 8 de octubre de 1908 y que hizo oficial lo que el pueblo maño proclamaba desde cien años atrás.

Por último, hay que ver la cripta, las obras de arte como la de San Juan Bautista, la de San Antonio de Padua o la sacristía de la Virgen.

Foto vía Travelnauta

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