Candás, una maravilla asturiana

A mitad de camino entre Gijón y Avilés (Asturias, España), Candás es una villa marinera situada al resguardo de una cala en el eje central de la costa asturiana. Su historia se centra en la caza de la ballena, que caería  en recesión en el siglo XX, y en una industria conservera que ha sido reemplazada en época reciente por varias actividades turístico-residenciales.

Candás cuenta un casco bastante abrigado en el tramo final del estrecho valle compuesta por el arroyo del Naval, el cual se vuelca hacia un bello puerto.

Se trata de una villa marinera en la que destacan su iglesia barroca, sus majestuosas casas de indianos, su arquitectura popular marinera y rural, así como en sus iglesias románicas, palacetes y mansiones.

Candás, al contrario que su vecina Luanco, presetna un caserío mucho más densificado y renovado, si bien conserva un entorno portuario bastante pintoresco, con unos muelles que en su tiempo costaron una gravosa hipoteca, y con dos diminutas peñas en medio del mar conocidas como  Furada y La Farola.

El casco posee dos hitos sobresalientes y visibles desde la lejanía: una señorial iglesia barroca con dos torres de gran porte y una extraña  torre de diez plantas a pie de puerto.

Saliendo por el fondo del muelle, arranca  un agradable paseo desde el Museo Antón, subiendo hacia un bosque de eucaliptos, y terminando en una ermita que oculta por detrás el faro del cabo de San Antonio.

Además, recomiendo el paseo de les Conserveres donde se encuentra el pequeño Museo de la Exposición Permanente de la Industria Conservera y el Museo al aire libre de los Murales. También  se puede seguir el camino de la Vía Verde del Trangueru.

Finalmente, llama la atención el monte Areo, la necrópolis tumular más notables  del norte de España con una treintena de túmulos y dólmenes de más de 5.000 años de antigüedad.

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