La Catedral de Aquisgrán

 

La Catedral de Aquisgrán se encuentra en Aquisgrán (Alemania), al oeste del país y muy cerca de la frontera con Holanda y Bélgica. Se trata de la catedral más antigua del norte de Europa. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y combina elementos arquitectónicos de estilos clásico, bizantino y francogermano. También es conocida como la catedral imperial o Kaiserdom.

El tesoro de la catedral contiene uno de los tesoros eclesiásticos más importantes del norte de Europa, con obras maestras de los períodos clásico carolingio, otoniano y románico. Entre ellas, sobresalen la cruz de Lotario, el busto de Carlomagno y el sarcófago de Perséfone.

La primera parte de la catedral de Aquisgrán es la diminuta capilla Palatina, cuya construcción inició en el 786 Carlomagno, por entonces rey de los francos y posteriormente primer emperador del Imperio romano de Occidente, durant cerca de 40 años. Tiene forma de octágono con una cúpula, circundado por un hexadecágono, está basada en el diseño de la iglesia bizantina de San Vitale, en Ravenna (Italia), e incluye algunos materiales saqueados de otros edificios.

Cuando Carlogmano murió, en el 814, fue enterrado en un santuario en su interior. Según la leyenda, en 1100, Otto III ordenó la apertura de la cripta y encontró a su predecesor sentado en su trono de mármol, con su corona sobre la cabeza y los evangelios en las manos. En 1165, el emperador Federico Barbarroja convenció al antipapa Pascual III para que lo declarara santo (aunque nunca fue ratificado por Roma) y la capilla se convirtió en lugar de peregrinación. Aquel año, Barbarroja volvió a enterrar los restos en un sarcófago de mármol de Paros, y en 1215 Federico II los enterró de nuevo en un féretro de oro y plata.

La popularidad del santuario como lugar de peregrinación hizo necesaria la ampliación del templo, y entonces se erigió la gótica «capilla de cristal«, o sala del coro, por la que hoy en día es famosa esta catedral.

La Catedral de Aquisgrán fue consagrada en 1414, 600 años después de la muerte de Carlomagno. Mientras que la parte original del edifico era oscura e íntima, las grandes vidrieras de la parte nueva supusieron que el santuario dorado de Carlomagno quedará inundado de luz. Este espectacular escenario fue la sede de las coronaciones de los emperadorees del sacro Imperio romano germánico hasta 1531.

Foto vía Departures &Arrivals

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